Transición . Blanca Azúcar, Nácar Casto, el casco de mi alma surca en ruta franca hacia la hamaca aromática de albahaca oculta entre tus flancos. . Piel de Arándano, Miel del Cabo, pon mantecas de cacao entre tus labios para que el pirata que te ama sepa por la estela del rocío dónde está esa playa blanca en que arriará vencido sus banderas de bandido. . Ama del Compás, Portentosa Marca, hendía el caos rumbo del ocaso un junco al pairo por la escora que impedía, hasta ahora, enfrentar cierta tormenta. . Verdemar en Flama, Faro de Esperanzas, trompica afincando el remo con denuesto entre la espuma procelosa de las rocas la agonía loca de un fenicio antiguo que se esfuerza tras tu luz. . Glauca Ítaca, Musa Amada, tañe a reclamo la campana y no dejes que fenezca en tan lejanas aguas la ilusión. . Como en el llanto de mis ojos van las lágrimas corriendo inapelables a contarle nuevamente en este verso cuánto más que a nadie ama a La Sirena mi angustiado corazón, Cruz de la Serena, Diosa de la Cumbre, Sol que todo mi horizonte abarcas, quieran las auroras prodigar brisas propicias y un mañana cuando se enderece este timón en pos de las estrellas de tu cielo y atraque en tus esteros realizando el firme derrotero y el anhelo de percebe enamorado que me guía ineludible a encallar definitivamente al fin tranquila en puerto asegurada la quilla de mi barca para naufragar en ti a la paz del dulce cieno, Prima y Postrer Comarca. .
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Transición
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Blanca Azúcar, Nácar Casto,
el casco de mi alma surca
en ruta franca hacia la hamaca
aromática de albahaca
oculta entre tus flancos.
.
Piel de Arándano, Miel del Cabo,
pon mantecas de cacao
entre tus labios
para que el pirata que te ama
sepa por la estela del rocío
dónde está esa playa blanca
en que arriará vencido
sus banderas de bandido.
.
Ama del Compás, Portentosa Marca,
hendía el caos rumbo del ocaso
un junco al pairo por la escora
que impedía, hasta ahora,
enfrentar cierta tormenta.
.
Verdemar en Flama, Faro de Esperanzas,
trompica afincando el remo con denuesto
entre la espuma procelosa de las rocas
la agonía loca de un fenicio antiguo
que se esfuerza tras tu luz.
.
Glauca Ítaca, Musa Amada,
tañe a reclamo la campana
y no dejes que fenezca
en tan lejanas aguas
la ilusión.
.
Como en el llanto de mis ojos
van las lágrimas corriendo inapelables
a contarle nuevamente en este verso
cuánto más que a nadie
ama a La Sirena
mi angustiado corazón,
Cruz de la Serena,
Diosa de la Cumbre,
Sol que todo mi horizonte abarcas,
quieran las auroras
prodigar brisas propicias
y un mañana
cuando se enderece este timón
en pos de las estrellas de tu cielo
y atraque en tus esteros
realizando el firme derrotero
y el anhelo
de percebe enamorado
que me guía ineludible
a encallar definitivamente
al fin tranquila
en puerto asegurada
la quilla de mi barca
para naufragar en ti
a la paz del dulce cieno,
Prima y Postrer Comarca.
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