Tarde o temprano
Homenaje a Nezahualcóyotl *1
I
No tenemos raíces en la tierra.
No estaremos en ella para siempre:
sólo un instante breve.
También se quiebra el jade
y rompe el oro
y hasta el plumaje de quetzal se desgarra.
No tendremos la vida para siempre:
sólo un instante breve.
II
En el libro del mundo Dios escribe
con flores a los hombres
y con cantos
les da luz y tinieblas.
Después los va borrando:
guerreros, príncipes,
con tinta negra los revierte a la sombra
No somos reyes:
somos figuras en un libro de estampas.
III
Dios no fincó su hogar en parte alguna.
Solo, en el fondo de su cielo hueco,
está Dios inventando la palabra.
¿Alguien lo vio en la tierra?
Aquí se hastía,
no es amigo de nadie.
Todos llegamos al lugar del misterio.
IV
De cuatro en cuatro nos iremos muriendo
aquí sobre la tierra.
Somos como pinturas que se borran,
flores secas, plumajes apagados.
Ahora entiendo este misterio, este enigma:
el poder y la gloria no son nada:
con el jade y el oro bajaremos
al lugar de los muertos.
De lo que ven mis ojos desde el trono
no quedará ni el polvo en esta tierra.
1) * A partir de las traducciones de Ángel María Garibay y Miguel León Portilla.
6 comentarios:
"No tenemos raíces en la tierra.
No estaremos en ella para siempre".
La poesía tiene la palabra, qué más se puede decir.
Nada es perenne,"Somos como pintura que se borra".
Nada es válido para la muerte...Existe y nos llegará ese día destinado.
Un agarimoso saludo desde Galicia.
Gracias por este poema de José Emilio Pachco.
saludos...
Hay que vivir con armonía cuanto sea posible.
Gracias amigos, me gusta mucho Pacheco.
Abrazos.
Y afortunadamente se le ha reconocido en vida.
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