lunes, junio 30, 2014

Aproximación a «Lo que ocultan los vestidos» de Lila Calderón.

Aproximación a «Lo que ocultan los vestidos» de Lila Calderón.


Por Max Fernández




Título: Lo que ocultan los vestidos 
Autora: Lila Calderón
Fecha de edición: Julio 2014
Editorial Bordes
Páginas: 150
Formato: 21 x 14 cm.



Libro que indaga en diferentes aspectos de la existencia humana. Presenta una serie de diálogos con la religión, lo espiritual y metafísico. Además de una crítica directa a los estilos de vida convencionales manejadas por el mercado, el valor de intercambio.

Escribir en un agujero negro para resistir, aunque la letra sin sangre sea letra muerta y sólo gane tiempo la deuda que se acumula y no hay deuda que no se pague o arriba las manos contra los paredones de DICOM.

Deconstruye la visión que se ha instalado de la mujer, más allá de la noción de madre-hija-amante. Conexión directa con lo trascendental. Abre puntos de fuga. Se conecta con lo intuitivo, los sentimientos, y el poder creativo. Experiencias amorosas y amistades pasadas.

Leí harto y tomaba pisco del Elqui al caer el sol, durante años (no todos los
días) mientras era una joven esposa y madre autodidacta que leía hasta el
amanecer.

La muerte siempre está presente, como un personaje más, transita a lo largo de los poemas, puede tomar forma de “Lobo”, “deterioro del cuerpo” , “sueño” o especie de narración mítica o mística, trascendental, la  autora se las arregla para que esté ahí, como modo de reflexión, aceptación, o resignación.

Según dijeron hubo un feroz aluvión que bajó como una marejada
llevándose casas, edificios y todo cuanto encontró a su paso. Yo había huido,
pero me alcanzó, me golpeó la cabeza y morí.

Establece conexiones con el cine, lo audiovisual y performático. Explora en otras posibilidades de la poesía, vuelve a lo poético, vuelve a ratos a su juventud marcada por la lectura, los viajes a La Serena, interrumpida por los recuerdos de la dictadura, las muertes y desapariciones.

Dónde están,
dónde van,
no me dejen,
yo también figuro
entre los seis mil millones de humanos
más buscados por la muerte,
estoy en sus anales.






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